Exposiciones Caninas, mi punto de vista

Habitualmente se conoce, aunque con cierta ambigüedad, qué son las exposiciones caninas o certámenes de belleza vinculados al mundo del perro, aunque también los hay de muchos más animales. Todos hemos conocido a conocemos a alguien que dice o presume de tener un ejemplar «hijo de campeones» o de «línea de campeones» en su casa, a pesar de que no conozca qué significado tiene o qué conlleva eso, y siempre que lo que comenta sea cierto (perdonadme, no me malinterpretéis, pero no siempre lo es).

 

En primer lugar: Qué es un exposición canina?

Una exposición canina es un evento o certamen donde uno o varios jueces, que se han examinado y aprobado los exámenes de juez de una o distintas razas, con una experiencia suficiente, evalúa cuán bien formado está un perro en comparación con el estándar racial del ejemplar en cuestión. Las exposiciones caninas se celebran y organizan normalmente bajo la dirección y ejecución de una asociación o club canino oficial y reconocido. En España, la entidad oficial responsable de cualquier actividad relacionada al mundo del perro es la Real Sociedad Canina de España o RSCE, de la que penden y dependen las distintas sociedades o asociaciones caninas autonómicas reconocidas, en el caso de Catalunya la ACUCC, Associació Canina Unió Cinòfila de Catalunya.

 

Dónde se celebran?

Suelen tener lugar en recintos feriales o espacios preparados para acoger un cuantioso número de personas y perros, donde se preparan y delimitan una serie de «rings» en los que los expositores presentan a sus ejemplares. Pueden estar decorados y/o con moqueta en el suelo total o parcialmente, para evitar resbalar en efectuar la presentación del ejemplar.
Generalmente el número de rings se divide entre los jueces invitados, los cuales juzgarán varias o muchas razas cada uno, por horario establecido.

Como muchos saben, todas las razas caninas reconocidas por la FCI (Federación Cinológica Internacional) se dividen en 11 grupos, según su funcionalidad y tipo, por lo que las exposiciones caninas pueden acoger todas las razas o ser solo de una raza concreta, lo que se denomina exposición monográfica (si está reconocida por la RSCE), o concurso monográfico (si no lo está o está en vías de serlo).

Estos son los grupos:

 

Qué es necesario para poder participar?

Lo principal es que el perro esté inscrito en el Libro de Orígenes en este caso Español (LOE), que siempre se facilitará por parte del criador, el que iniciará su tramitación a partir de la notificación de camada y posterior inscripción de cada cachorro en las primeras semanas después del nacimiento del cachorro. Va ligado al nombre de afijo (nombre oficial del cachorro que otorga el criador) y su número de microchip.

Es especialmente importante que un propietario interesado en que su perro participe, lo transmita al criador, obtenga un cachorro adecuado para ello, y dedique tiempo a educar y entrenar a su ejemplar desde edades tempranas, ya que en una exposición canina no solo suele haber un amplio número de perros y personas, sino también muchos estímulos: ruido, movimiento, música y megafonía, etc.

El perro debe saber quedarse quieto en posición estática cuando le están evaluando, a pesar de tener otros perros cerca dentro del ring, y moverse de forma fluida y ordenada a la correa, mostrando un actitud alegre y vital.

 

Qué criterios se usan para juzgar a un perro?

En la evaluación del juez, se tienen en cuenta muchas cosas de cada uno de los ejemplares presentados: la morfología (apariencia general y construcción física del perro que se observa en posición estática), el movimiento (donde se analiza cómo se desenvuelve el animal en el ring tanto en círculo como en línea recta, y que el movimiento que describe el perro sea acorde al descrito en el estándar racial) y la tipicidad (cuán semejante es el perro en comparación al  ejemplar «ideal» que marca la raza).

Hay otros muchos factores determinantes en el juicio. Se observa y analiza la dentadura y cierre de la mandíbula del perro (que debe permitir mostrarla sin resistencia), la actitud que este muestre durante su presentación (proactividad, entusiasmo…) y en casos de machos, por ejemplo, también se requiere la presencia de ambos testículos. No olvidemos que los certámenes de «belleza» están destinados en gran parte a los criadores. Luego lo veremos.

Por supuesto, puede y debería ser en primer lugar una afición o hobby más en el que, por supuesto, puede participar cualquier amante y propietario de un perro con calidad y aptitudes adecuadas para ello.

Hay que tener en cuenta que algunas sociedades caninas piden que, en completar un Campeonato, el animal registre una serie de pruebas oficiales de salud, como por ejemplo displasia de cadera, o de comportamiento/Test de Aptitudes Naturales, el conocido TAN, al que están sometidos sobre todo, los perros de trabajo.

 

Cómo se evalúa?

A partir de ahí, el juicio de cada raza divide sus ejemplares entre machos y hembras. Cada uno de esos dos grupos se divide entre clase baby, clase cachorros, clase joven, clase intermedia, clase abierta, clase campeones y clase veteranos, según la edad o las calificaciones de cada ejemplar. Hay una clase denominada «clase trabajo» donde entran los perros normalmente sometidos a pruebas de trabajo, pero es minoritaria. Machos y hembras compiten en las mismas condiciones contra los ejemplares de su misma edad o clase por sexo.

Aquí se cuece lo importante, para la obtención de Campeonatos:

En las clases ya puntuables válidas para obtener un Campeonato (Joven, Adulto (que suma intermedia y abierta), Campeón y Veterano) se atribuirán los puntos o Certificados de Aptitud de Campeonato (CAC o CCJ y CCV según la clase) a nivel nacional; y el CACIB o Certificado de Aptitud de Campeonato Internacional de Belleza (solo para perros adultos y campeones, y si la expo es de ámbito internacional). Cada país requiere un número X de puntos para que el ejemplar se proclame Campeón de dicho país. Es un poco lío, sí, pero se puede consultar en las webs de las distintas sociedades caninas y además, se va aprendiendo con el tiempo.

El mejor perro macho vencedor de cada clase se enfrentará a la mejor hembra vencedora de cada clase, surgiendo así el Mejor Baby, Mejor Cachorro y Mejor Joven de Raza en las clases inferiores y el Mejor de Raza absoluto se seleccionará de entre los mejores de clase adulta (entre clase intermedia y abierta), el mejor campeón y el mejor veterano. También se atribuye el Mejor Veterano de Raza.

Por la tarde llega el show, puramente: Los Mejores de Raza de cada raza serán los representantes de la misma en las grandes finales de los 11 Grupos en el Ring de Honor, un ring dedicado especialmente a los finalistas, en que se juzgan todos los Mejores ejemplares de los 11 grupos por esas franjas de edad y del que finalmente sale 1 vencedor Mejor de Grupo de cada uno de los 11 grupos por edades, que se disputarán el llamado Best in Show Baby, Best in Show Cachorro, Best in Show Joven, Best in Show absoluto (solo adultos) y Best in Show Veterano. El Best in Show absoluto es el proclamado Mejor Perro de la Exposición.

 

Y con todo ello, por qué exponer?

A nivel particular y viéndolo con perspectiva, el compromiso e implicación que nos supone participar activamente en el mundo de las exposiciones caninas, desde el año 2014, no ha cambiado y no se ha detenido apenas en ningún momento a pesar del Covid-19, que nos tuvo unos meses en pausa. Debemos tener en cuenta que participar en exposiciones caninas no solo supone invertir tiempo en educar y entrenar al perro, también destinar recursos económicos en inscripciones, trayectos y viajes, hoteles, peajes, comidas, etc. por lo que es muy destacable también  la ilusión, esfuerzo y sacrificio que se pone en cada expo.

Por supuesto,  participar en exposiciones caninas tiene una motivación y aliciente principal y especial: compartes con tu perro un reto, un objetivo, un camino, un trabajo, y un esfuerzo conjunto que crea un vínculo y sinergia sin duda muy bonitos.

Al margen de la experiencia, creo firmemente que cualquier criador que se precie debe tener, en menor o mayor medida, alguna presencia en eventos de este tipo: no solo para mostrar sus ejemplares, someterlos a la valoración (y esto es importante) «siempre subjetiva» de un juez, darle visibilidad a un ejemplar e intentar reflejar su calidad a través de la consecución de Campeonatos en distintos países, sino también para demostrar al mundo que el Dálmata es una raza polivalente, versátil, con cualidades para poder ocupar los lugares de mayor relevancia y darle la notoriedad nacional e internacional de una raza que, en los últimos años, no ha pasado por sus mejores momentos.

A través de las exposiciones es más fácil tener una «visibilidad y conciencia» a nivel global de la situación, evolución (con su crecimiento y tendencias), y población de la raza en cada país. A través de ellas podemos observar qué inclinaciones o influencias tiene la cría, cuáles son los aspectos y puntos de mejora a trabajar, cuáles se pueden reforzar aún más y qué avances positivos ya se han conseguido.

Sí, no nos vamos a engañar, las exposiciones caninas acogen mayoritariamente a criadores, y la competencia no siempre es sana y agradable (para ser honestos, más bien a veces no lo es nada), pero también podemos encontrar a muchos aficionados y amantes del perro que disfrutan de competir junto a su ejemplar, los que se enorgullecen de compartir techo con un animal reconocido, oficialmente, como de calidad. Las actividades junto a nuestros perros, ya sean más lúdicas o más competitivas, nos enriquecen y nos generan más lazos con ellos. Aunque, como en mi caso, seamos muy competitivos y estos eventos no sean siempre justos y/o nos podamos llevar alguna decepción, no debemos olvidar que solo es un juicio bajo el criterio de una persona con gustos y preferencias personales, y que el ring es una cosa, y lo que sucede luego fuera es otra: las expos nos permiten conocer gente, incluso hacer amigos, y compartir experiencias.

 

Mi reflexión personal, después de tooodo este largo artículo que creo de vital lectura para todo aquel interesado en competir, es que es difícil mantenerse «en la cresta de la ola» durante años y años, sobre todo si tienes «pocos» perros en casa (teniendo en cuenta que muchos criadores tienen al menos 10 perros). Son ciclos, tal cual. Los propietarios y criadores que amamos a nuestros perros también observamos y reconocemos cuándo un ejemplar no está en su mejor día o etapa, apreciamos cómo una hembra que ha criado recientemente vuelve poco a poco a su estado y condición habitual después de su recuperación post-parto, o cuándo un perro se hace mayor: vemos cómo cambia no tanto su actitud, pero sí sus condiciones corporales y que, a aquel perro que lo ganaba todo y que fue tu emblema, ahora le cuesta más ganar, compitiendo contra ejemplares más jóvenes que ostentan otro tono muscular, otra energía.
Así lo veo, es lo bonito y lo real. Y como mencionaba en mi anterior artículo, creo que particularmente mi equipo y yo nos encontramos en un proceso de transición, un cambio de ciclo, que empieza después de haber sido muy premiados y reconocidos en los últimos casi 6 años, siendo ganadores en muchísimas ocasiones de los Mejores Ejemplares de Raza, teniendo presencia en muchísimas grandes finales, consiguiendo Campeonatos y subiendo a podios de Grupo, incluso de Best in Show.

Dom se hace mayor, eso es una realidad, va camino de cumplir los 8 años y ya casi entra en clase veteranos. Está bien y vive feliz, y eso es lo más importante, pero su mirada ya no es la misma y su cuerpo, aunque súper musculado y en forma, ha cambiado. Mis chicas, que van consiguiendo buenísimos resultados en razas y grupos y que en ocasiones han llegado donde Dom no ha podido, son ya hembras adultas maduras en edad de criar, de hecho algunas ya lo han hecho; por lo que sus etapas en competición se irán viendo alteradas para dar paso a las siguientes generaciones.

Tenemos la suerte de poseer a hijos de nuestros Dálmatas, buenos perros en copropiedad con maravillosas familias que, aunque vemos y trabajamos menos (y eso siempre se nota), tienen calidad para estar ahí, y al menos, para luchar por las primeras cualificaciones. Alguno de ellos ya es Campeón.

Si algo te enseña el deporte de competición (como me pasaba en la hípica) es a ser humilde: a trabajar duro, a asumir tus tropiezos, aceptar tus derrotas, a valorar y saborear las merecidas victorias con respeto y agradecer a tus animales cada una de las experiencias juntos.
Así que, siendo muy consciente, honesta y justa con mis chicos primero y conmigo misma después, en los días que vivimos y que llegan, y teniendo en cuenta la situación: si vienen triunfos, serán más maravillosos que nunca.